Hans-Georg Gadamer

Así que realizó estudios en Breslavia bajo los auspicios de Richard Hönigswald, pero pronto volvió a Marburgo para estudiar con los filósofos neokantianos Paul Natorp y Nicolai Hartmann, bajo cuya dirección se doctoró en el año 1922 con un trabajo sobre Platón (Das Wesen der Lust nach den platonischen Dialogen, La esencia del placer en los diálogos platónicos).Jamás recibió un puesto remunerado durante los años de gobierno nazi y jamás entró en el partido; tan solo hacia el final de la guerra recibió un puesto en Leipzig.Sin embargo, en revisiones biográficas actualizadas, autores como Richard Wolin afirmaron que, a principios de la Segunda Guerra Mundial, tuvo un acercamiento al nazismo.En concreto, analizando su idea de pueblo (Volk), concluye que «el pueblo alemán destaca sobre otros en la amplitud y profundidad de su autoconciencia histórica», sirviendo esto de «estímulo y pensamiento para un nuevo proyecto político», lo cual dada la época y el lugar donde se pronunció esa conferencia es compatible con las ideas del Nuevo Orden promulgadas por los nazis.Derrida consideró su error al no buscar un fondo común con Gadamer la mayor debacle de su vida intelectual y, en el obituario que dedicó a Gadamer, expresa su admiración y su respeto filosófico por el pensador alemán.Sostenía que la interpretación debe evitar la arbitrariedad y las limitaciones surgidas de los hábitos mentales, centrando su mirada en las cosas mismas, en los textos.Como este proceso puede prolongarse al infinito, nunca podemos afirmar que hemos dado la interpretación última y definitiva.Gadamer fue muy crítico con los dos enfoques metodológicos que se emplean en el estudio de las ciencias humanas (Geisteswissenschaften).Tanto la versión original de la obra en alemán, titulada Wahrheit und Methode, como la versión inglesa Truth and Method, han sido revisadas por el propio autor y se consideran igualmente válidas.Dicho interés por la filosofía griega fue interrumpido en 1933 por «prudencia política», pues tales estudios iban referidos a la teoría sofística y platónica del Estado: Gadamer no quería tener ningún tipo de enredo con las autoridades nazis por trabajos explícitamente de carácter político.Así, se publicaron sólo aspectos parciales bajo el nombre de Platos Staat der Erziehung (El Estado como educador en Platón) (1942) y Plato und die Dichter (Platón y los poetas) (1943).Frente al texto no cabe neutralidad ni autocancelación, «sino que incluye una matizada incorporación de las propias opiniones previas y prejuicios».En la Ilustración alemana los únicos prejuicios que se aceptan son los de la tradición cristiana.En su libro Verdad y método I, Gadamer nos dice que la tradición es una forma de autoridad defendida por el romanticismo.Las costumbres, por ejemplo, se adoptan libremente pero no siempre son creadas a conciencia, podría decirse entonces que, la validez de las costumbres no tiene fundamentos válidos, pero la tradición, en cuanto dominio por el pasado y autoridad anónima que se presenta en nuestro comportamiento e instituciones, fundamenta, por lo tanto, la elección de nuestras costumbres, los ya presentes y los que adoptaremos a lo largo de nuestra vida.Sin embargo, Gadamer, cree que estas, razón y tradición, no deben verse opuestas de una manera tan incondicional e irreductible, pues al hacerlo, caeríamos en un fondo prejuicioso e ilustrado.De este modo el individuo que pertenece a cualquier forma institucional, está delimitado en su comportamiento por una tradición, la cual confiere a este un conjunto de prejuicios con los cuales entiende y se entiende a sí mismo dentro del proceso histórico que vive, los prejuicios son componentes a la realidad histórica de todo individuo y le confieren categorías a priori para comprender, este comprender es una integración del pasado y del presente que se expresa en muchas formas culturales y que son indesligables del proceso histórico, de este modo los prejuicios, en el individuo, son la realidad histórica de su ser.Por otro lado, Heidegger considera que la comprensión del texto se encuentra determinada por su precomprensión de manera anticipada, «el círculo del todo y las partes no se anulan en la comprensión total, sino que alcanza en ella su realización más auténtica».Su pretensión fundamental es mostrar hasta qué punto ante la experiencia estética las ciencias naturales y su método particular topan con una barrera infranqueable.El discurrir cotidiano se nos presenta como una temporalidad homogénea y casi lineal, sin embargo, en la experiencia estética, el sujeto se pierde para sí mismo y la percepción de la temporalidad varía.Por otra parte, siguiendo la estela heideggeriana, Gadamer reivindica el valor de verdad inherente a la experiencia estética.La alegoría tiene, entre otras, una función moral: pretende indirectamente conducir a una determinada noción acerca de lo bueno.En este sentido, considerará que la poesía, en el orden de las artes, juega un papel primordial.
Placa conmemorativa a Gadamer en Breslavia.