Florence Maybrick

Los esposos primero vivieron en Virginia, pero en 1884 se instalaron en Aigburth, cerca de Liverpool, en Inglaterra.[1]​ James Maybrick era un consumidor regular de arsénico, que a veces mezclaba con otros venenos como la estricnina, la rutácea, la cáscara sagrada, la jusquiame negra, la morfina, el ácido prúsico, la papaína, o la iridine,[1]​ y las razones que tenía este comerciante para mantener este consumo, es que o bien lo consideraba como un afrodisíaco, y/o bien lo usaba como remedio para curar una antigua afección, tal vez una enfermedad venérea,[1]​ tal vez una malaria contraída en África.Al parecer, las exigencias sexuales de su marido provocaron en Florence Maybrick un rechazo creciente, aunque tenía reticencias en cuanto a solicitar el divorcio, puesto que en ese entonces la ley le haría perder la custodia de sus hijos.En las disputas que siguieron a esos hechos, James Maybrick se violentó con su esposa y le dejó un ojo morado, y en consecuencia, la dama compró papel-matamoscas para con él recolectar veneno de uso cosmético, para luego supuestamente administrárselo a su marido.Si efectivamente James Maybrick hubiera sido envenenado con arsénico, seguro se hubiera encontrado rastros de esta sustancia tanto en la sangre como en el corazón, lo que no había sido el caso.Por otra parte, como el fallecido por años había tomado arsénico con otras mezclas, bien probaba que eso era un remedio, cosa que insistentemente reiteró la acusada durante el juicio.