Llamado como Curtis "Bombs away" LeMay[1] por su facilidad en que ordenaba bombardeos masivos.
Durante la guerra, LeMay mostró su verdadera naturaleza como una figura militar estricta, calculadora, pragmática y agresiva que aborrecía la cobardía en el campo de batalla.
Su participación en la planificación estratégica de los ataques realizados por los bombarderos Boeing B-29 con base en las Marianas fue crucial para disminuir la capacidad industrial que permitía a Japón reponer sus arsenales.
Para paliar el efecto conocido como "Jet stream" (corriente jet en la troposfera) que sufrían los aviones a gran altura y que hacía que las bombas lanzadas fallaran su objetivo, Curtis LeMay compensó tácticamente este problema técnico no previsto por los diseñadores del avión al recomendar a los pilotos, con gran sorpresa por su parte[2] de volar por la noche a baja altura sobre las ciudades japonesas, para lanzar sus bombas incendiarias.
Este modo de operar ya había sido llevado a cabo por la RAF en Europa.
Desde el punto de vista militar, LeMay tenía razón, pero Estados Unidos no estaba dispuesto a verse arrastrado en una nueva guerra sin agotar los métodos disuasivos y la diplomacia.
Luego fue gobernador de Alabama y presentó su candidatura presidencial acompañado por LeMay para la Vicepresidencia.
Fracasaron en ese intento, tal vez por las violentas declaraciones de LeMay, como cuando dijo que el pueblo de Estados Unidos le temía a una guerra nuclear con la Unión Soviética, pero él no.