Una alta ejecutiva adicta al trabajo sufre una parálisis en la pierna durante una reunión y experimenta severísimos dolores.
Recurre directamente al Dr. House, a quien sus asesores han identificado como el mejor médico para atenderla.
Wilson adelanta la posibilidad que se trate de un cáncer óseo primario y recomienda una gammagrafía.
Como alternativa Wilson ofrece una tomografía computada del colon, un procedimiento mucho más caro pero no invasivo.
El equipo se vuelve a reunir y House nota que Chase se equivocó de pierna al realizar la angiografía, y ve también que el informe lo firmó Jenny, una médica residente.
House se queda varias horas a solas pensando mientras mira la pizarra en la que están escritos los síntomas y las hipótesis sobre las que venían trabajando ("dolor de pierna", "parálisis", "cáncer", "dermatomicosis", "dolor de pecho", "coágulo").
De pronto borra la pizarra y escribe "síntomas psicológicos", "oculta dolor", "control", "vergüenza".
En ese momento House descubre lo que le sucede a su paciente, pero no lo revela.
House se encuentra a solas con Carly y le explica que precisa un trasplante de corazón, pero también sabe que padece bulimia, deducido a partir de síntomas como la vergüenza.
House miente ante la Junta de Trasplantes, que preside Cuddy e integra también Wilson.
House comprende lo que sucedió y le inyecta botox en las cuerdas vocales, sin embargo el hombre no recupera la voz.
Vogler trae al hospital una nueva filosofía de gestión ("trataré el lugar como un negocio") y chocará de inmediato con House, quien no cumple las reglas y aparece como incontrolable.
En este capítulo House tiene un comportamiento inusual, al involucrarse con su paciente, afectada por una enfermedad psiquiátrica (bulimia).