Cuando un día Bart está patinando, el señor Burns le atropella mientras cruza la calle.
Al comprobar este que Bart aún no debería morir, lo devuelve a su cuerpo.
Posteriormente, Burns —en un intento de evitar la demanda— le ofrece a Homer cien dólares, aunque este se muestra indeciso porque con esa pequeña cantidad apenas podría sufragar los gastos del tratamiento para su hijo, pero finalmente Burns retira la oferta llamándole extorsionador.
Es ahí cuando el abogado se lleva a Bart a ver al Dr. Nick Riviera, un quack que afirma que tiene heridas muy graves, además de diagnosticarle un «trauma» tras realizarle una toma de huellas con rayos X.
Una vez en el juicio, tanto Bart como Burns cuentan inverosímiles versiones de lo que ocurrió.
El señor Burns escucha eso último y entonces retira de nuevo su oferta.
Esa noche, se observa a un deprimido Homer enfadado con su mujer puesto que por su culpa no han cobrado nada.
[3] Mientras trabajaban en las escenas del tribunal, el director, Mark Kirkland, vio To Kill a Mockingbird (1962) y The Veredict (1946) para obtener ideas sobre los diferentes ángulos que utilizarían.
Phil Hartman, quien le puso la voz, también fue alguna de las estrellas que hicieron su aparición por primera vez.
[5][6] Hank Azaria es quien le da voz al Dr. Riviera, que usó una «mala imitación» de Ricky Ricardo.
[3] Los animadores modelaron al personaje basándose en el entonces supervisor de dirección, Gábor Csupó, porque pensaron erróneamente que Azaria le estaba imitando.
[12] Por otro lado, los autores del libro I Can't Believe It's a Bigger and Better Updated Unofficial Simpsons Guide, Warren Martyn y Adrian Wood, alabaron el capítulo como «un interesante episodio en el que empezamos a ver el lado muy oscuro de Burns que desarrollará más tarde, aunque Smithers todavía es solo un pelota.