Benedict Anderson

Mientras que Ernest Gellner considera la expansión del nacionalismo en conexión con la industrialización de Europa Occidental (lo que no explica suficientemente el nacionalismo en las regiones no industrializadas de Europa Oriental) y Elie Kedourie conecta el nacionalismo con las ideas de la Ilustración, la Revolución francesa y el nacimiento del estado centralizado francés, Anderson les opone que el estado-nación europeo aparece como la respuesta al nacionalismo en la diáspora europea ultramarina, en las colonias, principalmente en América (tanto la del norte como la del sur).El mayor número de entidades políticas que surgen en Occidente entre 1778 y 1838, todas ellas autoconscientemente definidas como naciones, fueron históricamente los primeros tales estados en emerger y por tanto proporcionan inevitablemente el primer modelo real de aquello a lo que tales estados deberían parecerse.Según Anderson, una nueva nación emergente se imagina antigua a sí misma.Anderson, más que otros teóricos, enfoca su atención al nacionalismo oficial de los imperios multiétnicos.Introduce un importante concepto: la naturalización de las dinastías europeas que ostentaban el poder sobre enormes dominios políglotas.Hasta aquella época, antes del estallido nacionalista, la legitimidad de esas dinastías no tenía nada que ver con la nacionalidad, a pesar de que intentaban asentarse en ciertas bases vernáculas impresas, a efectos exclusivamente administrativos.