[3] Cuando Maximiliano de Habsburgo fue nombrado segundo emperador de México se puso en contacto con la familia Iturbide, que estaba exiliada.
[4] Según José Luis Blasio, secretario particular de Maximiliano, este consideraba que lo mejor para México era una monarquía hereditaria; como él y Carlota no tenían descendencia, decidió «adoptar» a dos nietos de Agustín de Iturbide, Salvador y su primo Agustín de Iturbide y Green.
[2][5][6] Aunque no fue una adopción real, sino una especie de contrato donde Maximiliano obtenía la curatela y tutela de los niños en conjunto con Josefa de Iturbide y Huarte.
[9] El pequeño Agustín permaneció en el castillo de Chapultepec y Salvador fue enviado a París a continuar sus estudios al cuidado del embajador José Hidalgo,[8] hasta que se trasladó a Hungría en 1867.
[11] Salvador permaneció en Europa y llegó a formar parte del ejército del sumo pontífice.