Harun estableció la legendaria biblioteca Bayt al-Hikma ("Casa de la Sabiduría") en Bagdad, en el actual Irak, y durante su gobierno Bagdad comenzó a florecer como centro mundial del conocimiento, la cultura y el comercio.
[5] Durante su gobierno, la familia de los barmaquíes, que desempeñó un papel decisivo en el establecimiento del califato abbasí, decayó gradualmente.
[6] Se desataron hostilidades a gran escala con Bizancio, y bajo su mandato, el Imperio abbasí alcanzó su apogeo.
[15] Poco después, se le asignó como tutor a Yahya ibn Jálid ibn Barmak (Yahya el Barmací), un experimentado funcionario y amigo íntimo de la familia real, quien llegó a desempeñar un rol paterno en la vida de Harún.
[17] En 782, Harún dirigió una expedición de mayor envergadura, que derrotó al ejército bizantino y alcanzó el Bósforo.
Al-Masudi relata varias anécdotas interesantes en Las praderas de oro que iluminan el carácter del califa.
El poeta comenzó a relatar conmovido lo mucho que le había costado aprender aquella canción.
Entonces, extrañamente, apareció un joven apuesto, le arrebató el laúd al músico, cantó una pieza muy conmovedora (al-Masudi la cita) y se marchó.
Al despertar y ser informado de ello, Harun dijo que Ishaq ibn Ibrahim había recibido una visita sobrenatural.
Cada mañana, Harun donaba mil dirhams a la caridad y hacía cien postraciones al día.
Harun solía mirar las nubes del cielo y decía: "¡Llueve donde quieras, pero yo cobraré el impuesto sobre la tierra!
Se dice que lloraba rápidamente cuando pensaba en Dios y leía poemas sobre la brevedad de la vida.
Aquello fue demasiado duro para el gusto de Harun, que se sintió evidentemente perturbado.
Harun quedó satisfecho con el encuentro y nombró al hombre gobernador de Basora para sus últimos años.
Isa le explicó que había jurado (en pleno acto sexual) que si alguna vez la entregaba o la vendía, se divorciaría de su esposa, liberaría a sus esclavos y entregaría todas sus posesiones a los empobrecidos.
Yusuf decidió que si Isa daba la mitad de la muchacha a Harun y le vendía la otra mitad, no podía decirse que Isa la había regalado o vendido, cumpliendo su promesa.
[30] Harun tenía un alma inquieta y supuestamente era propenso a recorrer las calles de Bagdad por la noche.