Du Bois quien apodó a Washington como "el gran acomodador") tuvo mucho éxito en sus relaciones con grandes filántropos como Anna T. Jeanes, Henry Huddleston Rogers, Julius Rosenwald y la familia Rockefeller, que patrocinaron con miles de dólares la educación en Hampton y Tuskegee.
De hecho Washington pensaba que la cooperación con los blancos y la no confrontación -inclusive con las autoridades racistas- era la clave para superar la discriminación racial a largo plazo, en tanto las realidades socieconómicas de inicios del siglo XX mostraban el enorme poder del establishment segregacionista.
Washington contribuyó secretamente a los cambios legales sobre segregación y sufragio,[1] mientras que en su papel público, creía que podría obtener más ventajas adaptando las habilidades de los negros a la realidad social de la época segregacionista[2] pues a través de su experiencia personal, consideraba la educación como la herramienta más poderosa para que la comunidad negra consiguiera colectivamente un futuro mejor.
Washington dejó como legado el aumento del número de escuelas rurales en los años treinta gracias al Fondo Rosenwald.
[3] Washington hizo muchísimo para mejorar las relaciones personales y laborales entre razas en los Estados Unidos.
Su autobiografía Ascenso desde la esclavitud (Up from slavery), publicada en 1901, todavía es ampliamente leída hoy en día.
Su madre Jane era una esclava que trabajaba como cocinera, y su padre un desconocido blanco propietario de una plantación en el piedemonte virginiano.
Cuando el profesor le preguntó su nombre, respondió: "Booker Washington, como si hubiese sido llamado así toda mi vida".
Muchos otros muchachos no habían podido satisfacer a la metódica señora Ruffner, pero la diligencia de Booker hizo que cumpliera sus estándares.
La escuela Hampton había sido fundada para formar profesores, ya que la educación se veía como el punto crítico de la comunidad negra.
Contrataron a Washington por sus recomendaciones, aunque hasta el momento solo hombres blancos habían ocupado su posición.
Al año siguiente, Washington compró una antigua plantación que se convirtió en la sede permanente del campus.
El Instituto Tuskegee pretendía con todas estas actividades formar en habilidades básicas que los alumnos pudieran llevar de vuelta a sus comunidades rurales sureñas.
[4] Tuskegee proporcionó educación académica e instrucción como profesorado, pero poniendo énfasis en enseñar a los varones habilidades prácticas como carpintería y albañilería, útiles para la vida en el Sur.
Su teoría era que, proporcionando estas habilidades demandadas por la sociedad, la comunidad negra se integraría y acabaría por ser aceptada por los blancos.
Pensaba que los negros conseguirían este logro mostrándose como responsables y confiables ciudadanos estadounidenses.
En su autobiografía Ascenso desde la esclavitud, reconoció el mérito de sus tres esposas en su trabajo en Tuskegee y dijo, con énfasis, que no habría tenido ese éxito sin ellas.
Washington valoraba la educación industrial orientada a los trabajos disponibles para la mayoría de los negros.
Du Bois quería para ellos la misma educación clásica en profesiones liberales que recibían los blancos, y creía que una élite llamada "el décimo talentoso" (un 10% de la población negra) abriría el camino para su raza en una amplia gama de profesiones.
Ambos buscaban definir los mejores medios para el desarrollo de la comunidad negra post guerra civil.
Aunque no se enfrentaron en público, Washington contribuyó secretamente a conseguir los fondos para cambios legales sobre segregación y sufragio, como en el caso de Giles vs.
Sus contactos incluían personajes tan diversos y conocidos como Andrew Carnegie, William Howard Taft, John D. Rockefeller, Henry Huttleston Rogers, Julio Rosenwald, Robert Ogden, Collis P. Huntington, y William Baldwin, quienes donaron grandes sumas de dinero a agencias como el Fondo Jeanes and Slater (Jeanes and Slater Fund).
Como resultado, innumerables escuelas se crearon gracias a su esfuerzo, mediante programas que continuaron muchos años tras su muerte.
Un caso representativo de una relación excepcional fue su amistad con el millonario industrial y financiero Henry H. Rogers (1840-1909).
También hizo público que Rogers había fomentado programas de fondos equivalentes, donde igualaba la suma aportada por la comunidad, haciendo que los destinatarios tuvieran su participación económica, ayudándose a sí mismos con su duro trabajo y sacrificio y realzando así su autoestima.
Julio Rosenwald (1862-1932) fue otro hombre rico hecho a sí mismo con quien Washington tuvo cosas en común.
También en 1912, Rosenwald financió un programa experimental con seis pequeñas escuelas rurales de Alabama, que fueron diseñadas, construidas e inauguradas en 1913 y 1914 supervisadas por Tuskegee; el modelo tuvo éxito.
Usando planos arquitectónicos muy modernos diseñados por profesores del Instituto Tuskegee, el Fondo Rosenwald invirtió sobre cuatro millones de dólares para ayudar a construir 4977 escuelas, 217 casas para profesores y 163 economatos en 883 condados de 15 estados, desde Maryland a Texas.
Ese mismo año se convirtió en el primer invitado negro a la Casa Blanca, al serlo del presidente Theodore Roosevelt.
[12] En 1942, un barco liberty fue bautizado como Booker T. Washington en su honor, fue la primera nave transatlántica que llevaba el nombre de un negro.