Al regresar a su país expuso su primera obra de importancia en el Salón Nacional (1859).
En este último año ambos viajaron a Bruselas, durante la guerra franco-prusiana, dónde Albert-Ernest fue comisionado para la producción de escultura ornamental.
En sus obras se inspiró en algunos artistas del siglo XVIII, como Jean-Antonie Houdon y Clodion.
En 1859, gracias a una exhibición anual, se hizo famoso, obteniendo así el patrocinio de Napoleón III.
Influyeron en su obra Jean-Baptiste Pigalle, Agustín Pajou, Jean-Antoine Houdon y Claude Michel, conocido como Clodion, cuyas obras tenían algunas características clásicas con la singularidad de las esculturas francesas del siglo XVIII.