[2][3]Sin embargo, ʾAbbā se ha encontrado como nombre personal en un entierro del siglo I en la población de Givat HaMivtar.
Estas versiones, que presentan el primer nombre "Jesús", son consideradas originales por varios eruditos modernos.
[5][6] El padre de la Iglesia Orígenes parece referirse a este pasaje de Mateo al afirmar que debe ser una corrupción, ya que ningún hombre pecador llevó jamás el nombre "Jesús".
Además, se tenía constancia en el conocimiento secular la mea culpa sobre Pilatos en lo referido a la ejecución de Jesús, tal como narra el historiador Tácito, por lo que esto no era desconocido ni manejado como un "cargo de conciencia del Imperio" entre los nuevos adeptos gentiles en lo concerniente al mesianismo que imperaba en Judea.
Pero esta vez los evangelios no lo retratan como si tuviera la situación bajo control, ya que esta no era otra simple trifulca común, sino que abarcaba directamente la posibilidad cierta de desestabilización en su Procurado, esto por las acusaciones de pretender infringir intervención directa sobre los asuntos religiosos internos del pueblo, al tener que definir una sentencia "bajo la protección" de la Ley política romana, acciones donde Pilatos se manejaba con bastante cautela y mantenía al margen.
La multitud podría haber pedido la liberación de “Jesús Barrabás” (bar-Abba en arameo, ‘hijo del padre’), y Pilatos habría rechazado la aclamación popular.
En este caso, la historia habría estado presente en los textos originales en arameo, antes de su traducción al griego.
Un posible motivo para añadir a Barrabás habría sido el de crear una contrafigura opuesta a Jesús, que estaría preso por alzarse violentamente en contra del Imperio romano, mientras que la resistencia de Jesús rechaza por completo la violencia y predica el dar la otra mejilla.