Eran hombres altos, de cabello oscuro y ojos azul grisáceo.
Ar-Phârazon, último rey de Númenor, el más orgulloso y ambicioso, desafió el poder de Sauron en la Tierra Media y se lo llevó prisionero a Númenor.
Así, pronto se ganó al rey, aconsejándole conquistar Aman y la inmortalidad, pues "era su derecho" como descendiente de Eärendil.
Pero al llegar los hombres a Aman, Ilúvatar dispuso el Cambio del Mundo y el retiro de las Tierras Imperecederas de los círculos del mundo.
Númenor sucumbió bajo las aguas y la mayoría de los Dúnedain fallecieron en el cataclismo.
Luego de eso, solo habría reyes en ambos reinos durante una generación más: con Arvedui en el Norte y con Eärnur en el Sur se acabarían los reyes de los Dúnedain en la Tierra Media, hasta pasado mucho tiempo.
En Gondor había ocurrido lo contrario: la población era numerosa, pero la sangre númenóreana era muy difícil de encontrar, y la línea de los reyes había seguido senderos tortuosos hasta desaparecer.