Friedrich Wilhelm Murnau

Estudió literatura, historia del arte, filosofía y música en la prestigiosa Universidad de Heidelberg, antes de instruirse en teatro y cinematografía junto a Max Reinhardt, con quien llegó a colaborar.Al finalizar la contienda, Murnau pudo adscribirse, aunque sólo en parte, a ese movimiento expresionista, dentro del cine alemán, que se desarrolló durante la década de 1920, produciendo una obra variada y originalísima, ya en Berlín, en la que asimismo se nota el eco de Max Reinhardt.En los años 70 la cripta fue profanada y el ataúd abierto, pero décadas más tarde sucedió algo peor.Ahora, además de volver a abrir el ataúd con una palanca, se habían llevado el cráneo.[2]​ Murnau empezó con El muchacho en azul, de 1919, y rodó al inicio por tres veces con el mismo director de fotografía (Karl Hoffmann, llamado el Mago),[3]​ hasta llegar a ocho filmes, hasta hacer su película más famosa, Nosferatu.Ya con El castillo Vogelöd, de 1921, que rodó solo en dieciséis días, Murnau puso en evidencia su especial talento para crear una atmósfera angustiosa.Nosferatu, eine Symphonie des Grauens presentaba la Alemania desmoralizada derrotada tras la Primera Guerra Mundial, haciendo al vampiro (el actor alemán Max Schreck) parecer una rata que sabía dónde conducir la plaga."Nosferatu" también suena parecido al griego "nosophoros", traducible como "portador de plagas", posible raíz del nombre.Der Letzte Mann es, con su Tartufo, de 1926, el film más ambicioso del director.Murnau regresó a Berlín en 1927, pero sus negociaciones con la gran productora alemana, la UFA, no dieron resultado.
Cartel de Der Knabe in Blau (1919).
F. W. Murnau durante el rodaje de una película en 1920.