El paisaje es suave y alomado, aunque quebrado bruscamente por la hendidura que forman las "Arribes" del Duero.
Estamos ante un paisaje rural, caracterizado por el afloramiento de numerosos granitos, entre los que crece un monte bajo dominado por la encina.
Según Plinio El Viejo tras la primera selección y triturado del mineral, se molía hasta dejarlo como harinas[4].
En estos se molía el mineral, para luego ser bateado y extraer así el oro que contenía.
El material molido era posteriormente lavado en fino para extraer las partículas de oro, aprovechando los arroyos cercanos.