La creciente tensión provocó que el Gobierno de Egipto decidiera tomar acciones contra la Sociedad.
[10] En diciembre del mismo año, An Nukrashi es asesinado por un miembro de la Hermandad.
“Acepto la propuesta, pero el Grupo de Mujeres Musulmanas seguirá siendo lo que es”,[11] le dijo.
Poco después, el nuevo Gobierno ordenó la disolución y prohibición de todos los partidos políticos en Egipto, aunque, gracias a las buenas relaciones que mantenían los Hermanos con el movimiento, pudieron seguir funcionando como una asociación no política.
[17] Días después, Al Ghazali solicita continuar el tratamiento médico en casa y se centra en trabajar para evitar la ilegalización de su organización.
Allí recibe la visita del recién liberado Sayyid Qutb, así como de otros Hermanos Musulmanes.
Nuestro grupo trabaja por Alá y por un Gobierno no secular en el que el derecho a la soberanía recae sobre los musulmanes.
Tampoco el ministro de Asuntos Sociales tiene derecho a que seamos leales.La divulgación del Islam no cuenta con dinero ni pertenencias que puedan ser confiscadas por un Estado secular cuyos miembros están luchando contra Alá, Su Mensajero y la Comunidad Musulmana.
Los agentes de Nasser irrumpieron en las oficinas y desordenaron todo lo que había.
“Otra vez me negué(...) En poco tiempo, la verdad detrás de sus ofertas siniestras se haría evidente”.
Tanto ella como otros miembros de la Hermandad Musulmana sufrieron torturas durante el encarcelamiento.
Después de su liberación, Al Ghazali retomó la enseñanza y la escritura, así como su lucha por la tradición islámica.
Describió su propia falta de hijos como una "bendición", porque la liberó para participar en la vida pública.
[23] La valía de Al Ghazali fue reconocida a 'Abd alFattah Isma'il, así como por Sayyid Qutb.
La propia Al Ghazali aseguró que dedicó "su vida entera a las Mujeres Musulmanas.
[cita requerida]Sus conferencias semanales, dirigidas a las mujeres, atraían a la Mezquita de Ibn Tulun alrededor de 3.000 mil personas, aunque este número podía aumentar hasta los 5.000 durante los meses sagrados del año.
Al Ghazali describió su experiencia en prisión en un libro titulado 'El Retorno del Faraón' (Return of the Pharoah, Islamic Foundation (Reino Unido), 1994).
Según Al Ghazali durante este período tuvo visiones en las que Mahoma se le apareció.