Entró en servicio en la Fuerza Aérea Soviética, con la que participó en la Segunda Guerra Mundial, donde demostró ser un avión muy capaz y fiable para la tripulación.
En 1939, Alexander Yakovlev diseñó un avión avanzado de entrenamiento con varios asientos, originalmente designado "I-27" y después "UTI-26", que fue ofrecido durante mucho tiempo, junto con el original I-26, como propuesta que, posteriormente, se convertiría en el Yakovlev Yak-1.
Estaba armado con una única ametralladora de calibre 7.62 mm ShKAS en el motor frontal, generalmente para uso en entrenamiento, pero Yakovlev concibió en ella una aeronave multi propósito que podía hasta llevar pequeñas cargas al frente.
El Yak-7 demostró ser un efectivo caza de apoyo cercano, aunque que los primeros modelos biplaza eran considerados muy pesados en su parte delantera y, en consecuencia, la fábrica introdujo un tanque de combustible trasero extra.
Se realizaron constantes modificaciones en su diseño basadas en observaciones de combate incluyendo una definitiva versión monoplaza, el Yak-7B, que fue producida en gran número.