Tras graduarse, buscó trabajo en varias centrales hidroeléctricas en las caratatas del Niágara debido a razones económicas y querer lograr una carrera en ingeniería eléctrica pero fracasó.
Sin embargo, contactó con la Hooker Electro-Chemical Company, Nueva York, que lo instó a aceptar el empleo en su laboratorio.
Tras pasar a través de los diferentes grados del profesorado, llegó a ser nombrado profesor titular de química en 1934, cargo que ostentó hasta que se retiró en 1962.
En 1926, propuso un método para observar temperaturas considerablemente inferiores a 1 K (-272,15 °C).
Desarrolló un dispositivo magnético de refrigeración según su propio diseño para lograr este resultado, consiguiendo llegar más cerca del cero absoluto que lo que muchos científicos pensaban posible.