Klingler desarrolló su carrera artística durante la República de Weimar, el período del Nacionalsocialismo, y los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Klingler se inició como extra, actuando en los años 1920 en los Estados Unidos, país en el cual en 1925 formó parte del teatro alemán de Milwaukee.
En 1927 probó suerte como actor cinematográfico en Hollywood, participando en diferentes producciones, de entre las cuales destaca el clásico Sin novedad en el frente.
Su debut como director llegó con Die Sündflut, película que resultó inacabada por problemas de censura.
En esta última fue contratado cuando el director del film, Herbert Selpin, fue denunciado y detenido por el régimen Nazi.