En un control antidopaje realizado en esa misma carrera dio positivo por EPO el corredor Javier Pascual Llorente.
En la Vuelta a Portugal disputada ese año todos los ciclistas del equipo abandonaron la carrera, después de que les sentaran mal algunas sustancias; al día siguiente Virú, quien no estaba en el país luso siguiendo una práctica iniciada en 2000, se marchó a los Países Bajos.
En 2004 Jesús Manzano reveló al Diario AS las prácticas de dopaje que había utilizado durante su paso por el Kelme, señalando como responsables a los doctores del equipo.
Cuando se hallaba ya en el vagón, el fuerte malestar y el miedo ante la posibilidad de morirse durante el viaje hicieron que su novia empezara a hacer llamadas.
[2] En el registro practicado en la consulta de Viru se incautaron varios ordenadores y diversas pruebas médicas.