Tanto los corredores como los organizadores tuvieron que enfrentar numerosas dificultades meteorológicas, técnicas y logísticas.
Por ejemplo, en el Mato Grosso numerosos automóviles se detuvieron en un barrial, y debieron ser remolcados varios kilómetros con maquinaria de pavimentación.
La dupla de Carlos Acevedo y Miguel Ángel Moya contó a la prensa que cerca de Viedma se habrían encontrado con una potente luz que los rodeó, levantó su automóvil del suelo, y los transportó varios kilómetros a gran velocidad, para aterrizar cerca de Pedro Luro.
La marca alemana Mercedes-Benz participó de manera oficial con seis pilotos europeos, uno argentino y uno paraguayo.
Las filiales Renault Argentina y Ford Uruguay también participaron de la prueba.