Una vez obtenido el título de arquitecto, sus primeros trabajos fueron unas farolas para la plaza Real, el proyecto de Quioscos Girossi, la vitrina para la Guantería Esteban Comella y el mobiliario para la capilla-panteón del palacio de Sobrellano en Comillas, todos del mismo año de su graduación, así como la Cooperativa Obrera Mataronense (1878-1882), que fue su primer encargo importante, aunque no se llegó a materializar en su conjunto, ya que solo se construyó una nave.
[7] En su interior había un templete con estantes para la exposición de los guantes, con una disposición que permitía su visión en 360°.
[8] Esta obra atrajo la atención del empresario Eusebi Güell, que estaba de visita en la capital francesa.
Quedó tan impresionado que a su retorno quiso conocer a Gaudí, por lo que se dirigió a la guantería, de la que era cliente; él y el propietario se dirigieron al taller Puntí, donde el empresario conoció al arquitecto.
Según Carmen Güell, «Güell abrió a Gaudí las puertas de su casa de par en par, le presentó a su familia y a sus amigos, y le brindó el apoyo económico y moral que necesitaba para triunfar».