No es de extrañar, dado que la obra de Alfieri (y la historia de la legendaria Virginia) toca temas delicados, como la corrupción del poder, y otros compositores que utilizaron el mismo argumento (Alessandro Nini en 1843 y Nicola Vaccai en 1845) tuvieron problemas con la censura.
[4] Mercadante no pudo estrenar su ópera durante el período borbónico, y a la caída de este, en 1861, el compositor Errico Petrella estrena en la ciudad su propia versión de Virginia,[5] por lo que no era conveniente estrenar otra ópera con el mismo argumento.
La siguiente función tuvo mejor resultado, probablemente por la presencia del anciano y ciego compositor.
Entre ellos está Appio Claudio, quien, enamorado de la plebeya Virginia, ha enviado a su cliente Marco a seducirla, pero éste regresa y le dice que ha sido en vano (aria: Ah!
Ante la negativa de la joven, Appio deduce que ama a otro y quiere saber quién es.
Su hija le cuenta que Appio ha ido a seducirla y Virginio protesta por ser esa la recompensa que recibe por haber vertido su sangre por la patria (aria: Oh!
Como el permiso que le han dado a Virginio le obliga a regresar al día siguiente, optan por acelerar la boda de Virginia e Icilio, y así él podrá protegerla en ausencia de su padre.
Viendo la trampa, Icilio se niega y amenaza con frustrar su plan.
Llega entonces Valerio con la terrible noticia de que Icilio ha aparecido asesinado en la calle.