La Virgen con el Niño y ángel es una obra del pintor renacentista Italiano Sandro Botticelli.
Es posible que esta pintura un tanto sorprendente de la Virgen se produjera mientras Botticelli estaba aún trabajando en el taller de su maestro, Filippo Lippi.
Botticelli reemplazó el paisaje con una arquitectura arqueada que enmarca las cabezas de madre e hijo y enfatiza las dos figuras principales como el centro de la escena devocional.
En esta Madona, como en las demás de la larga serie que pintó Botticelli, puede verse un modelo de Virgen seria, meditabunda, abstraída en su propia belleza y actuando siempre con gran seriedad.
Las Madonas de Botticelli reflejan una relación más intelectual que afectuosa entre Madre e Hijo, a diferencia de lo que ocurre con las Vírgenes pintadas por Rafael Sanzio, que suelen mirar a su hijo y colaborar en sus juegos con una cierta sonrisa.