En un concierto en Bucarest llama la atención de la reina María, que la ayudará en su carrera internacional.
Ursuleac cantó ante él con nombre ficticio y Krauss quedó maravillado, tanto la contrató incluso cuando supo su verdadera identidad.
Ursuleac comenzó su carrera ascendente e inició una estrecha relación con la ópera de Dresde.
La carrera de Ursuleac se desarrolló especialmente en Alemania y Austria, con raras actuaciones en otros países.
También cantó en el Teatro Colón de Buenos Aires en 1948 en Tristán e Isolda como Brangania junto a Kirsten Flagstad dirigidas por Erich Kleiber.