Son comportamientos que se convierten en agresiones y daños, de los cuales el agresor puede o no tener conciencia.
Se enfatiza con el tiempo y cuanto más perdura mayor es el daño, produce un deterioro en la víctima que la imposibilita para defenderse.
La violencia psíquica en la pareja puede darse en cualquier momento de la relación, es decir, tanto desde los primeros días como cuando llevan ya transcurridos varios años juntos.
Existen tres modalidades o tipos:[1] El psiquiatra Murphy Y O’Leary enumera los siguientes indicios que alertan sobre la violencia psicológica en una pareja:[5] La violencia psíquica en las mujeres afecta su salud mental, creando una disminución de sus posibilidades intelectuales y habilidades, pérdida de deseos o interés, depresión y ansiedad, pero este maltrato, no se da en forma impredecible, si no por el contrario en situaciones constantes que son necesarias conocer y comprender para poder sobrevenir.
[14] La Asamblea General de las Naciones Unidas proclama la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) y declara en su Artículo 5 que: “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”.
[15] La Ley orgánica sobre el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia (2007), establece en el artículo 15, que existen diecinueve formas de Violencia de género en contra de las mujeres, entre ellas está la violencia psíquica: “Conducta omisiva o activa practicada en menosprecio, deshonra o descrédito a la dignidad personal, aislamiento, tratos humillantes, constante vigilancia, negligencia, marginalización, abandono, celotipia, comparaciones destructivas, amenazas y actos que llevan a las víctimas a disminuir su autoestima, perturban su sano desarrollo, puede llevarla a la depresión e incluso al suicidio”.