En junio de 1862 fue adoptado por una familia que había perdido recientemente a un niño.
Antiacadémico por instinto, dejó pronto al profesor para trabajar con Antonio Mancini y buscó a tientas el camino del realismo.
Este último retrato fue expuesto en el Salón de París de 1878, mientras que en el salón del siguiente año Il Pescatorello, tuvo un éxito extraordinario, tanto es así que Gemito trabajó para la Exposición Universal.
Allí retrató a los personajes importantes de la época, entre ellos el pintor Jean-Louis-Ernest Meissonier.
Durante los siguientes 21 años, produjo solo dibujos mientras permaneció ingresado, hasta que en 1909 comenzó a esculpir de nuevo.