Su entorno se caracteriza por un paisaje abierto, de suave relieve,[3] situándose en la loma interfluvial entre los ríos Sequillo y Valderaduey, a unos 800 m s. n. m.. Edafológicamente presenta arenas, limos y conglomerados de época terciaria.
Lo sitúa al pie de una cuesta e indica un clima templado y sano.
[7] El creciente éxodo rural que afectó a España desde mediados del siglo XX provocó que disminuyera su población, emigrando a las ciudades en busca de un futuro mejor.
[8] Sus últimos habitantes fueron los hermanos Vicente, Gregorio, Lorenzo y Regina Méndez Torbado, que decidieron marcharse a Villada en 1981;[9][10] en este año contaba con treinta casas en pie y cincuenta bodegas.
Las casas no tuvieron nunca agua corriente sino pozos y una fuente.
Hubo muchas bodegas en un extremo del pueblo, abandonadas igualmente, destruidas y con agujeros en la tierra que ofrecen escasa seguridad.
[9] En cambio la torre, construida exenta, ha aguantado toda clase de desafíos mientras a su alrededor se fue desmoronando todo el pueblo, aunque debido a su progresiva degradación por abandono y expolio está incluida en la Lista Roja del Patrimonio, elaborada por Hispania Nostra.
Según el Libro de Fábrica la fecha de inicio fue 1538 y en ese mismo año se compraron 30 000 ladrillos; en los años siguientes se fue comprando la misma cantidad aproximadamente.
[5] La torre es de planta cuadrada y se eleva en cinco cuerpos en disminución.
Este aparejo llega hasta una cierta altura y el resto es de ladrillo.
En toda la torre están a la vista los agujeros llamados mechinales donde se iban instalando los andamios de obra.