Tanto la carretera nacional N-240 como la autovía de los Pirineos (A-21) pasan junto al yacimiento.
Según describía Altadill en 1921, la altitud del yacimiento es de 431 [[m s. n.
El presidente, Arturo Campión, delega en el mismo Altadill la tarea de acercarse al lugar «y, sobre el terreno, comprobara el alcance del hallazgo, ordenase los trabajos de excavación, tomara las determinaciones procedentes y diese cuenta a esta Comisión a su regreso, formulando la Memoria correspondiente si la importancia del caso lo merecía.»[8] Dos días más tarde, el 23, Altadill toma «el tren eléctrico de la línea del Irati» y se presenta en el lugar tomando nota de las circunstancias del descubrimiento del mosaico romano realizado por Ángel Arina y Nicanor Pérez de Obanos, propietarios, describe con precisión las distancias así como el terreno.
Ocupan una superficie de una hectárea en su máxima extensión (76 x 168 m).
[13] En el caso de Liédena, «como muchas de las Villas Romanas existentes en el Valle del Ebro« presenta dos fases constructivas de cronologías diferenciadas y evidenciando una evolución arquitectónica en los dos edificios superpuestos:[14] Se han notado dos fases diferentes en la ocupación del lugar: El salto temporal entre ambas fases pudo estar marcado por un incendio y posterior abandono.