Rudolf Abel

En Occidente es más conocido por su alias Rudolf (o Rudolph) Ivánovich Ábel (Рудо́льф Ива́нович А́бель), el cual adoptó durante su arresto (a modo de contraseña para que sus «manejadores» soviéticos se enterasen de lo que le había ocurrido).

Después del regreso de la familia a Rusia, Fisher trabajó como traductor para el Comintern (la recién fundada Internacional Comunista).

En 1946 ingresó otra vez en el servicio secreto y se entrenó como espía «residente ilegal», para operar desde la ciudad de Nueva York (Estados Unidos).

No hizo intento alguno de vender los cuadros que él mismo pintaba, pero continuó desarrollando su técnica.

A «Abel» se le dio control sobre un grupo preexistente de agentes, el cual incluía a Morris y Lona Cohen, de quienes se creía que actuaban como correos para Ethel y Julius Rosenberg, Greenglass y el círculo de espionaje que tiraba al proyecto Manhattan (que estaba creando la bomba atómica), encabezado por el físico alemán Klaus Fuchs.

No se sabe que Fisher haya tenido contacto alguno con el pequeño pero muy activo Partido Comunista estadounidense.

Esto tiene sentido, ya que era de esperar y natural que él, como residente ilegal, no se expusiese a ese riesgo, agravado por el pleno auge del macartismo en los Estados Unidos de esos años.

En realidad, se trataba de un «dos por uno», ya que los soviéticos también entregaron al estudiante estadounidense Frederic Pryor (en otro lugar pero al mismo tiempo) que había sido acusado y arrestado por espionaje (aunque falsamente).

Rudolf Abel fue sencillamente el alias que Fisher adoptó durante su arresto por parte del FBI, el cual sería una señal indirecta a los soviéticos de que había sido capturado efectivamente.

Su lápida muestra sus dos nombres, el original Vílyam Fisher y su alias o pseudónimo, Rudolf Abel.