Vestiduras litúrgicas cristianas

Las vestiduras litúrgicas son las que usan los religiosos para el ministerio del altar.

Los hábitos que se usaban antiguamente en el ministerio del altar solo se distinguían de los ordinarios o civiles por su mayor aseo y por el color, y con el trascurso del tiempo ha sido cuando se han destinado para la celebración de los sagrados misterios, ciertos hábitos especiales con algunas significaciones místicas.

El alba, era sin duda antiguamente muy común entre los seglares, pues que el emperador Aureliano regaló al pueblo romano algunas túnicas de esta clase.

El tercer Concilio de Bretaña manda deponer a los que se sirvan de los vasos y ornamentos sagrados en la vida civil y dispone que los sacerdotes se cubran la cabeza y los hombros con la estola y que se la crucen delante del pecho, de manera que represente la señal de la cruz.

Puede dudarse, dice Tomasino, si aquellas antiguas sobrepellices tendrían mangas porque no eran más que unas capas de lino y el Concilio de Narbona parece que las opone a los roquetes: Linea non machinola veste sine roqueto.

Quizá, en algunos puntos se habrá llevado más tiempo que en otras iglesias la sobrepelliz sin mangas.

La muceta es un vestido de coro que se usa, sobre todo en el invierno.

Como el alba era incómoda por su demasiada anchura, tomaron los clérigos la costumbre de atársela con un cordón o cíngulo; pero este cíngulo no es, hablando con propiedad, un hábito u ornamento eclesiástico, pero por lo demás debe ser del color del alba.

Oficio de una misa
Vestiduras litúrgicas desde Acta Eruditorum , 1713
Vestiduras de Obispo
Clérigo ortodoxo oriental en Jerusalén.