El primer verso blanco que se conoce en lengua inglesa fue escrito por Henry Howard, conde de Arundel y Surrey, en su traducción de la Eneida (ca.
En 1561 Thomas Norton y Thomas Sackville lo introducen en la escena en su tragedia Gorboduc, y fue Christopher Marlowe quien lo popularizó además de establecerlo como el verso preponderante en el drama inglés en la época isabelina, siendo William Shakespeare quien lo elevaría a sus más altas cotas.
El poema épico El paraíso perdido, de Milton, también está escrito en verso blanco.
Algunos poetas románticos ingleses, como por ejemplo William Wordsworth, Percy Bysshe Shelley y John Keats, volvieron a utilizar el verso blanco, revalorizándolo.
Poco después, Alfred Tennyson dedicó gran atención al verso blanco, empleándolo, por ejemplo, en su largo poema narrativo The Princess, así como en uno de sus más famosos poemas, Ulysses.