Allí empezó con cursos nocturnos a estudiar antropología, explica en una entrevista años más tarde.
En esta documentación queda patente la enorme importancia social y simbólica que adquieren los cuerpos sexuados y en especial el control de la sexualidad de las mujeres en una sociedad estructurada por criterios racistas.
Sus experiencias personales coincidieron con el comienzo del debate feminista en Inglaterra y así se “hizo feminista en la cocina”, criticando la concepción social de la maternidad como destino exclusivo para las mujeres, así como la mala división del trabajo doméstico.
Allí en 1970 fue cofundadora del Departamento de Antropología Social con Peter Fry y Antonio Augusto Arantes.
[8] Durante su trayectoria académica Verena ha realizado estancias como profesora visitante y investigadora en numerosas universidades de Europa, las Américas y África, ha formado parte de un gran número de instituciones, como, por ejemplo, la EASA (European Association of Social Anthropologists) y ha desempeñado el cargo desde 2002.
[6] En su reflexión sobre la situación de las mujeres y su opresión en nombre de las culturas defiende que son las propias mujeres afectadas por estos usos u costumbres quienes "pueden y deben organizarse para rechazarlas" cuestionando el que en las cuestiones sobre la diversidad cultural se saquen a relucir siempre el velo y las mutilaciones genitales femeninas, mientras que -ella dice- el interés por la condición general de las mujeres suele ser más bien mínimo:[1]