En una lengua flexiva, un verbo irregular es un verbo que posee conjugaciones particulares o idiosincráticas según alguno de los rasgos por los que se flexiona (tiempo, modo, persona, etc.).
Los verbos irregulares en español pueden serlo por dos motivos diferentes: En cuanto a las formas a las que afecta una irregularidad, en general están determinadas por el tema al que pertenece la forma.
En muchas de las lenguas indoeuropeas ciertas irregularidades aparecen como consecuencia del mantenimiento de la vieja conjugación del proto-indoeuropeo basada parcialmente en la apofonía o ablaut indoeuropeo: Además de esto, relacionado con aspectos menos conocidos de la morfología del antiguo indoeuropeo, algunos verbos como el latín esse mezclan en su conjugación diferentes raíces, dando lugar a verbos heteróclitos a partir de lo que originalmente parecían ser verbos diferentes, aunque semánticamente relacionados.
Existen idiomas que no poseen verbos irregulares, en especial las lenguas aglutinantes, las cuales utilizan partículas invariables -como terminaciones o sufijos- que generalmente sirven para conjugar cualquier verbo.
Por ejemplo, el quechua, una lengua originaria de América del Sur, no posee verbos irregulares.