La práctica de la ventriloquía se realiza casi siempre mediante un diálogo, generalmente cómico o sarcástico, entre una persona y un muñeco al que aquel le presta la voz.
Este método presenta una lógica dificultad para producir consonantes labiales (f, b o v, p y m), lo cual suele resolverse evitando palabras que las contengan, o bien sustituyendo las consonantes por sonidos similares (como z, d, t y n).
Se han encontrado restos de ventriloquía en el arte egipcio y en la arqueología hebrea.
Charlie se dedicaba a lanzar frases mordaces contra todo tipo de personas.
El títere de Bergen está hoy expuesto en el Museo Smithsoniano como pieza histórica, aunque hay otras dos versiones: la segunda está en el Museum of Broadcast Communications, de Chicago, y la tercera fue comprada por el mago David Copperfield por 110.000 dólares.