No debe confundirse con flebotomía, que es incisión de una vena con bisturí o tijeras.
El mejor método varía con la edad del paciente, el equipo disponible y los exámenes de sangre solicitados.
Muchos exámenes no requieren de ninguna preparación especial; otras veces, a la persona se le puede solicitar que evite alimentos o bebidas o que limite ciertos medicamentos antes del examen.
Todos los tubos, algodón, torniquete, agujas, líquido antiséptico y otros materiales deben estar preparados antes del abordaje de la vena.
Después, puede haber algo de sensación pulsátil, levemente incómoda que resuelve por sí sola.
En bebés o en niños pequeños, se puede utilizar un instrumento puntiagudo llamado lanceta para punzar la piel y hacerla sangrar.
La sangre se recoge en un tubo pequeño de vidrio llamado pipeta, en un portaobjetos o en una tira reactiva.
La venopunción en pacientes pediátricos o geriátricos es más complicada, ya que sus venas son en proporción a su tamaño, el procedimiento para el estímulo y realizar la punción es dando masajes suaves de forma ascendente.
Otra forma es posicionando el brazo hacia abajo para que por gravedad la vena se dilate.
Ocasionalmente se requiere extraer una o varias gotas de sangre sin tener que llenar un tubo.
Se calienta la extremidad con agua tibia o compresas con una temperatura no mayor de 40 °C para conseguir un flujo sanguíneo óptimo.
Igualmente se utiliza la superficie lateral de la yema del dedo segundo, tercero o cuarto.