Ya entonces compuso dos fábulas mitológicas, Mirra y Atalanta e Hipomenes, publicadas muy tarde en 1654 en la antología de José Alfay Poesías varias de grandes ingenios españoles.
Se trasladó a Zaragoza brevemente y volvió al Colegio de San Ignacio de Valladolid en 1637, por oscuras acusaciones que ya no es posible desentrañar.
En los seis años siguientes, hasta 1643, desarrolló su corta pero intensa trayectoria dramática.
Ambas tuvieron un éxito enorme, y se imprimieron con los títulos Las Glorias del mejor siglo (a nombre de Pedro del Peso, 1640), perdida, y Obrar es durar, que el profesor Agustín de la Granja llama Monserrat II o del Centésimo, representada del 5 al 11 de octubre de 1640 en el Colegio Imperial de la Compañía en Madrid, con escenografía y tramoyas del famoso Cosme Lotti.
Valentín le respondió con un mesurado, pero contundente Trece por docena, de mucha difusión manuscrita e inédito hasta 1998, obra importante para conocer la oratoria sagrada a mediados del XVII por sus detalles técnicos y retóricos sobre la elaboración y actio de los sermones.