Valdelamusa

Más concretamente hasta el emir del Norte de África "Musa ben Nusayr", que en el año 712 d. C. pasó con sus tropas a la península para unirse a su lugarteniente Tariq, que ya en la primavera del año 711 d. C. había desembarcado en Gibraltar.A mediados del siglo XIX, una favorable legislación minera y la necesidad de metales en la industria europea facilitó la entrada de capitales y empresas extranjeras en toda la faja pirítica onubense, cuya riqueza minera es conocida desde la antigüedad.Confesionarios se agotó en los días finales del siglo XIX, pero las otras explotaciones tomaron desarrollo y auge, lo que supuso para la población de Valdelamusa un verdadero momento de esplendor económico y social.Las casas, la iglesia, las escuelas, el hospital, el cementerio, pertenecen a la Compañía; todo está construido y costeado por ella.El cura cumple los religiosos preceptos emulado por la satisfacción de sus necesidades cubiertas espléndidamente por aquella empresa poderosa.En Valdelamusa se pueden ver antiguas minas, como la de Confesionarios: "La Corta", Aguas-Teñidas, o Lomero-Poyatos.