Aunque en la crónica Gesta comitum barcinonensium se atribuye la promulgación de las observancias a Ramón Berenguer I, no obstante, parece que la redacción definitiva tuvo lugar durante el reinado de Jaime I el Conquistador.
Algunos juristas tomaban partido por la ley visigoda (more Gothico) y otros por el derecho romano (more Romano) y, cada grupo llevaba adelante los procesos según un derecho u otro siguiendo la tradición llamada «usus terrae» (basada en la costumbre consuetudinaria local, el sentido común y el libre arbitrio del juez).
No son un sustituto, sino un complemento y una adecuación a las nuevas circunstancias.
El manuscrito más antiguo que se conserva es de finales del siglo XII.
Entre los siglos XV y XVIII se fueron recopilando diversos textos del derecho catalán donde las observancias de Barcelona figuraban siempre por delante de las constituciones, aunque estas tuvieran un rango superior.