[3] La situación se mantuvo cuando José Batlle fue sustituido por Feliciano Viera en la presidencia de Uruguay.El Ministro de Asuntos Exteriores Baltasar Brum y el embajador uruguayo en Washington Carlos María de Pena eran claramente favorables a estrechar relaciones con Estados Unidos.[2] El año anterior, 1913, Uruguay había sufrido una crisis económica, motivada principalmente por la gestión del Banco de la República.[5] En Uruguay las colonias de ingleses, franceses o italianos (o sus descendientes) eran superiores a la de alemanes pero en Brasil se calculaba que había unos 400.000 alemanes o descendientes suyos, y se temía que estos pudieran provocar alguna reacción violenta en la frontera entre Brasil y Uruguay, por lo que el gobierno uruguayo intentó comprar armas al gobierno de Estados Unidos pero finalmente no se adquirió nada.[7] Al acabar la guerra volvió a haber una caída económica y una deflación.