La más radical Cámara del Trabajo adhirió en rápida sucesión a la USI, y ésta se enganchó a todas las batallas políticas importantes para las derechos laborales, sin adoptar las actitudes militaristas presentes dentro de otros sindicatos.
Se convirtió en un opositor importante a Benito Mussolini y al régimen fascista, luchando batallas callejeras contra los Camisas Negras, culminando en los alborotos de agosto de 1922 de Parma, cuando USI-AIT hizo frente a Italo Balbo y a su Arditi.
Luchó contra Francisco Franco en la guerra civil española, junto al Confederación Nacional del Trabajo y a la Federación Anarquista Ibérica, y participó en la revolución española.
Entre sus objetivos principales figuran, en el ámbito laboral, la reducción de las horas de trabajo con el mismo salario actual, un bono mínimo garantizado para los desocupados, condiciones que les permitan a los trabajadores elevar su nivel de vida mientras continúan su lucha contra el capitalismo y por la autogestión.
En el plano social, la defensa de la salud, la instrucción y la seguridad social pública, servicios que piensan deben existir temporalmente para asegurar la igualdad de oportunidades.