Unión Monárquica Nacional
En la misma le decía que el conde de Guadalhorce había aceptado «el caudillaje de esta fuerza política» si así lo decidía el propio general y que también se había puesto en contacto con su hijo, José Antonio Primo de Rivera, quien había dado «su asentimiento a todo», lo mismo que Calvo Sotelo.También le contaba su entrevista con José Gabilán, presidente del Comité Ejecutivo de la Unión Patriótica.Al parecer Calvo Sotelo logró convencerle para que se presentara a las elecciones encabezando el nuevo partido que promovía el marqués de Quintanar.Al terminar la entrevista quedaron en reanudarla antes de que Calvo Sotelo regresara a Madrid, momento en el que el ex Dictador le daría una carta a Calvo Sotelo que podría servir de base para publicar un manifiesto.Una semana después, el 1 de abril, los jefes provinciales de la Unión Patriótica se reunieron en Madrid para debatir «la forma en que la Unión Patriótica, como organización y los elementos que la representan individualmente, debieran sumarse al nuevo partido Unión Monárquica Nacional».A la reunión también asistieron los exministros Guadalhorce, Yanguas, Callejo y Galo Ponte.[11] Ausencias significativas entre los firmantes del manifiesto fueron la del exministro de la Dictadura Eduardo Aunós (que acabaría fundando su propio partido: el Partido Laborista Español)[12] y la de José María Gil Robles, que había colaborado estrechamente con Calvo Sotelo en la elaboración del Estatuto Municipal de 1924.El secretariado del nuevo partido estaba encabezado por Santiago Fuentes Pila (secretario), José Antonio Primo de Rivera (vicesecretario primero) y José Medina Togores (vicesecretario segundo) y formaban parte de él, entre otros, José Ibáñez Martín, Ricardo Oreja Elósegui, el marqués de Quintanar y Julio Palacios.La Asamblea eligió por aclamación como presidente del partido al conde de Guadalhorce.Si no queréis que España se hunda en el caos soviético, votad por la Monarquía»; «Si algún monárquico dejara de cumplir mañana sus deberes merecería el desprecio de sus conciudadanos».Por temor a que se les exigieran responsabilidades por su participación en la Dictadura de Primo de Rivera, la mayoría de los exministros abandonaron esa misma tarde Madrid con destino a Portugal en cuanto supieron que el rey Alfonso XIII había decidido expatriarse.[19] Volvieron a España tras la amnistía concedida en 1934 por el Gobierno de Alejandro Lerroux.Entonces no reconstruyeron la UMN sino que se integraron en el partido monárquico radical Renovación Española.