CUPET produce petróleo en la isla de forma conjunta y tiene acuerdos comerciales con, entre otros, la República Popular China, la petrolera española Repsol y la canadiense Sherritt International.
Eisenhower ordenó a las compañías petroleras estadounidenses que se negaran a refinar el petróleo soviético y, como resultado, el gobierno cubano nacionalizó las refinerías.
Después de la exitosa Revolución cubana (1953-1959), se estableció un estado socialista en Cuba.
[2] Las numerosas instalaciones individuales de petróleo y gas se compactaron en una sola empresa controlada por el estado, Unión Cuba-Petróleo.
A pesar de los intentos de negociación, nunca se devolvió ninguna propiedad a las empresas estadounidenses y aún no han recibido ninguna compensación por parte del gobierno cubano.