Sin embargo, su recepción interna en México, así como en otras partes de América Latina, fue pobre.
Según Politika Ekspres, fue «la película más vista en Yugoslavia en los últimos cincuenta años».
Belén Martí (Columba Domínguez), una periodista cubana, se aventura sola a México para investigar y escribir sobre la Revolución mexicana en aquel momento.
Sus solicitudes iniciales para reunirse con Reyes son rechazadas por sus carceleros, pero se le permite enviarle un regalo de puros cubanos.
Martí, desconcertada por la culpa que siente por saber el destino de Reyes, rechaza su oferta.
[4] Al día siguiente, mientras el pueblo se prepara para la fiesta de Mamá Juanita, una banda local comienza a tocar «Las mañanitas».
Mamá Juanita sostiene su cuerpo entre sus brazos a modo de «mater dolorosa», mientras Martí y Gómez se acercan por detrás.
Sus películas también habían sido nominadas en su país al Premio Ariel cinco veces consecutivas entre 1946 y 1950 en las categorías de «Mejor Película» y «Mejor Director», ganando tres veces en esta última.
[7] Su única nominación al Premio Ariel fue en la categoría «Mejor Actriz» para Rosaura Revueltas, que perdió.
Desde entonces, la película ha quedado relegada a los márgenes de la historia del cine mexicano.
[9] Según Miha Mazzini, las autoridades yugoslavas consideraron adecuadas las películas mexicanas porque no eran amenazadoras, pero «hablaban sobre revolución en los términos más altos».
[10] Aleksandar Vučo escribió en su reseña que «nunca antes una película había provocado tantas lágrimas».
[10]Con el tiempo, Un día de vida pasó a ser considerado un clásico del cine yugoslavo.
[8] Los distribuidores yugoslavos continuaron renovando sus derechos sobre la película, reviviéndola a intervalos regulares durante los siguientes 20 años.