A su vez, Tito no quería que se emitiera cine estadounidense en su país.
Por ello, recurrió a la importación de cine mexicano,[3] que estaba viviendo su edad dorada.
[3] Se establecieron muchos paralelismos entre la lucha emprendida por los partisanos durante la Segunda Guerra Mundial y la Revolución Mexicana.
[4] El escritor esloveno Miha Mazzini renovó el interés en la música Yu-Mex tras publicar su novela Paloma negra.
Durante la investigación que hizo para la novela, Mazzini grabó las historias contadas por los protagonistas y filmó el documental México yugoslavo (YuMex).