Película perdida

[7]​ Por otra parte, una película puede deteriorarse rápidamente si no es preservada en un ambiente con temperatura y humedad controladas.

El señalado sistema técnico tuvo un giro fundamental en 1930, cuando se popularizó el procedimiento del sonido sobre la propia película.

Así, muchos negativos en Technicolor de los años 1920 y 1930 fueron simplemente desechados con el objetivo de ganar espacio, cuando por política comercial los estudios entonces rechazaban retomar sus películas que estaban en cofres Technicolor.

No obstante lo señalado, se debe admitir que en el nuevo material ciertos colores se atenuaban, cambiaban o desaparecían, y que además el síndrome del vinagre amenazaba las películas, aunque obviamente también continuaron siendo importantes las condiciones del almacenamiento en cuanto a la calidad y longevidad del material preservado.

Muchas películas importantes de la era del cine mudo, películas donde intervienen actores célebres y reconocidos, obras del séptimo arte con indiscutidos talentos creativos, no se han perdido pero existen a través de un único ejemplar en los museos del cine o en colecciones privadas, y en muchos de estos casos, se trata de películas que jamás fueron copiadas, ni digitalizados, ni preservados de ninguna manera.

Algunas películas producidas con el sistema del sonido sobre disco, como por ejemplo vitaphone, en los que el disco estaba separado de la película, hoy día son considerados perdidos, pues los discos con el registro sonoro se perdieron o se dañaron, mientras que las imágenes afortunadamente aún se conservan.

Toda la química propia del manejo magnético aplicada a la película con base en triacetato, fue la causa efectiva del deterioro autocatalítico ("síndrome del vinagre") de la película, ya que mientras los estudios pudieron utilizar un negativo óptico monofónico que podía ser impresionado, los ejecutivos y responsables no sintieron la necesidad de preservar las versiones estereofónicas sobre bandas sonoras.

El término «película perdida» igualmente fue aplicado por error a las películas que sobrevivieron en integralidad, pero que jamás fueron presentadas al público en formatos tales como Video Home System o Digital Versatile Disc, y que incluso jamás fueron difundidas por la televisión, y entre estas películas, pocas tienen liberados los derecho de autor, y pocas están disponibles en bootleg (ediciones no autorizadas y en calidades por cierto variables).

Algo similar ocurrió con la película Ricardo III de James Stuart Blackton dado a conocer en 1912, pues en 1996 se reencontró una copia que fue restaurada por el American Film Institute.

El documental-parodia La verdadera historia del cine[21]​ pretendía mostrar secuencias reencontradas de los comienzos del cine, pero en lugar de ello, los realizadores utilizaron secuencias nuevas, haciéndolas pasar como películas perdidas.

Foto instantánea de Une partie de cartes (1896), la primera película de Georges Méliès .
Afiche de la película Cleopatra (1917), del cual quedan solo fragmentos, pues las películas se quemaron durante un incendio en los almacenes de 20th Century Fox.
Extraña foto tomada en 1922, durante la filmación de Number Thirteen . La película quedó inconclusa, y las escenas filmadas hoy día son consideradas como perdidas.
Theda Bara en Cleopatra , película de 1917.