Como dato curioso, Carter consiguió fotografiar algunas ofrendas florales que se desintegraron al tocarlas.
[1] Las puertas exteriores de las capillas, que incluían los ataúdes jerarquizados del rey, se dejaron abiertas y sin sellar.
Carter avisó a Carnarvon y el 26 de noviembre ambos hombres fueron los primeros en entrar en la tumba en 3300 años.
También se encontraban cuatro carros desmontados, uno para caza, otro de guerra y dos destinados a los desfiles.
Dentro descansaba la momia del joven faraón, con la cabeza y los hombros cubiertos por la célebre máscara de oro.
Las paredes fueron adornadas con la procesión fúnebre del rey, y en su techo estaba Nut, abrazando con sus alas el sarcófago externo.
Otra pequeña habitación, llamada «cámara del tesoro» por Carter, contenía alrededor de 500 objetos.