Su finalidad era preservar para la eternidad la acción representada para que el difunto pudiera disfrutarlo en su vida en el Más Allá.
En el primer periodo intermedio se popularizó el uso de la madera, aunque también se emplearon otros materiales más modestos en tumbas de menor alcurnia.
[1][2] Los barcos que eran uno de los elementos más repetidos fueron variando con el paso del tiempo del tamaño natural en las primeras representaciones a una escala muy inferior, aunque siguieron siendo numerosos.
La eslora en algunos casos medía menos de un metro y las flotas podían superar a veces los 50 naves.
El número y variedad de escenas representadas y embarcaciones fue aumentando a medida que cambiaban los periodos y las maquetas pasaron de representar a personas realizando ofrendas a mostrar escenas de la vida cotidiana.