[12] Cuando repentinamente la trompa se abre y no vuelve a cerrarse inmediatamente y, permanece parcialmente abierta o abierta por completo, comienza de forma instantánea a producir diversos síntomas severos, siendo la autofonía el primer síntoma que se percibe, lo cual provoca que los latidos del corazón, la voz y la respiración de la persona se escuchen retumbando de forma fuerte, molesta y desagradable dentro del oído, lo que conlleva una gran tensión psicológica.
[21][22] Cualquier esfuerzo o actividad física, diversos sonidos, hablar, comer, diferentes posturas y posiciones del cuerpo y, en ocasiones, hasta respirar, pueden provocar el fallo de la trompa en personas con esta enfermedad, lo que constituye grandes limitaciones en la vida cotidiana de las personas afectadas por esta dolencia.
[23][24] Actividades tan simples como salir a la calle y exponerse al ruido ambiente, caminar, desplazarse en coche incluso a distancias cortas, o los cambios de presión atmosférica, también pueden provocar en una persona con un defecto en la trompa de Eustaquio que esta falle y se quede abierta (patulosa).
Es debido a estas causas que una trompa de Eustaquio puede volverse patulosa y, llegado a ese punto, hay diversos factores de riesgo que la pueden hacer fallar, quedándose parcialmente abierta o abierta por completo.
Esas complicaciones se enumeran a continuación: Esta dolencia por tanto, lleva en muchas ocasiones a la incapacidad por la necesidad de paliar estos síntomas así como para evitar las severas complicaciones derivadas de mantener la trompa abierta.
Esta enfermedad, en muchas ocasiones puede pasarse por alto, restársele importancia o pensarse erróneamente que no tiene suficiente influencia en la calidad de vida de un paciente como para justificar esfuerzos para su identificación y corrección.
[57] Esto, unido al escaso conocimiento que existe sobre esta dolencia, provoca que en ocasiones el diagnóstico médico sea erróneo, confuso y, a veces, incluso con propuestas contrarias a las necesidades del paciente.
Además, en algunas ocasiones se realiza también una otoscopia para observar la membrana timpánica y analizar si esta realiza movimientos sincrónicos con la respiración y, en caso de observarse estos movimientos, se solicita al paciente que intente realizar varias respiraciones exhalando el aire con fuerza por la nariz, de tal modo que si la trompa está abierta (patulosa), el aire accede por esta y sube hacia el oído medio y, posteriormente, llega hasta la membrana timpánica, la cual presiona con cierta intensidad, pudiendo observarse con el otoscopio como dicha membrana se mueve de forma más evidente, inflándose y curvándose con la presión del aire, moviéndose hacia dentro del oído en la inspiración y hacia fuera en la espiración.
[49] Los diagnósticos adicionales pueden incluir audiometría y timpanometría con medición de disminución del reflejo, así como la anamnesis médica sobre la autofonía en el paciente y sobre los cambios en los síntomas que percibe con la posición de la cabeza hacia abajo o con una compresión del cuello.
[60] No obstante, a lo largo de las últimas décadas se han llevado a cabo diversos procedimientos quirúrgicos, sin embargo, los resultados obtenidos han sido inconsistentes y no exentos de complicaciones, dándose directamente en muchas ocasiones resultados adversos.
[61] A continuación se muestran dos listas, una con los tratamientos conservadores no quirúrgicos, la cual incluye también medidas preventivas y maniobras típicas de los pacientes con trompa patulosa para paliar los síntomas, y otra lista con los tratamientos quirúrgicos que se han llevado a cabo hasta la fecha por distintos otorrinos de diferentes lugares del mundo.
De igual modo, en algunos sitios web, comunidades en línea y blogs, se pueden encontrar descripciones vagas y confusas sobre esta dolencia, a menudo sin tan siquiera citar fuentes médicas relevantes.