Desde hace algunos años ya se han venido reconociendo los valores patrimoniales que encierra el casco histórico de la ciudad.
Vegueta fue declarada Conjunto Histórico-Artístico Nacional en 1973 y, años más tarde, en 1993, fue reconocido el núcleo histórico de Triana.
No obstante, a lo largo del siglo XVII se produce la consolidación del barrio de Triana, definiéndose la superficie por la que habría de expandirse en siglos venideros.
El diseño urbanístico se organizó, según los acuerdos y ordenanzas del Cabildo, siguiendo un trazado más o menos reticular que persiste hoy día, pudiendo contemplarse en las vías perpendiculares a la calle Mayor de Triana.
Tras la invasión del holandés Van der Does en 1599, comenzó un proceso de reconstrucción urbana que se desarrollaría a lo largo del siglo XVII, ya que este suceso había afectado a los edificios religiosos, militares y particulares más relevantes.
El Teatro Pérez Galdós, obra del arquitecto Miguel Martín Fernández de la Torre, ocupa el mismo lugar que el anterior Teatro Tirso de Molina, arrasado en un incendio.
En el siglo XIX, empiezan a aparecer en Triana diferentes tipologías arquitectónicas como teatros, alamedas y paseos, concebidas para atender las inquietudes sociales de la burguesía residente en el banco, enriquecida gracias a las actividades agrarias y comerciales.
A principios del siglo XX, la arquitectura modernista configuró un tipo de edificación muy característica en el barrio.
Por otra parte, también el progreso técnico e industrial llegó al barrio trianero, especialmente en lo que a sus calles y plazas se refiere.