Hasta bien entrado el siglo XIX, la isla de Gran Canaria no contaba con un establecimiento adecuado en el que pudiesen representarse cómodamente las obras teatrales que tanto gustaban a los ciudadanos de la época y que hasta el momento venían celebrándose con precariedad en casas particulares, corralas y plazas públicas.Para sufragar el proyecto se creó una sociedad civil por acciones y en 1842 dieron comienzo las obras, dirigidas por Esteban de la Torre, en parte del solar que años antes había ocupado, hasta la desamortización de Mendizábal, el convento de las Clarisas.El teatro fue un edificio inspirado en la estética neoclásica que disponía de un singular frontispicio compuesto por un pórtico con seis columnas de orden toscano que sustentaban un balcón y daban paso a un frontón triangular coronado por una figura alegórica a las artes escénicas.Fue este el primer teatro que se construía en la isla de Gran Canaria, sin embargo, los escasos recursos económicos disponibles dieron como resultado un recinto con bastantes deficiencias constructivas, un mal que se agravó cuando, años después, la sociedad del Gabinete Literario se vino a instalar en el mismo edificio.Entre la falta de espacio y las deficiencias del inmueble, pronto surgió la necesidad de construir un nuevo teatro y así, a partir del año 1862, comenzaron las gestiones hacerlo posible.